domingo, 6 de febrero de 2011

SIMBOLISMO

El simbolismo es un movimiento artístico que nace a finales del siglo XIX y que pone en común las investigaciones de pintores, poetas y literatos. Sus orígenes se vinculan al “Manifiesto del Simbolismo”, publicado en “Le Figaro” en 1886 por Jean Moréas.

Orígenes

El simbolismo es esencialmente pictórico, y es que una amplia corriente de pintura simbolista recorrió el último cuarto de siglo XIX, paralelamente a las experiencias lumínicas al 
impresionismo y sus secuelas. El simbolismo reprende el sentido profundo de la pintura.

Ante la pura visión de los pintores que siguen el rastro de Manet, los cuadros simbolistas remiten a escenarios oníricos en una línea que preludia lo que será el 
surrealismo . Como en éste, la fuerza de la imagen se basa en la meticulosidad del dibujo , en un color efectista y en la iluminación adecuada para generar una atmósfera inquietante.

El simbolismo presenta imágenes opuestas a la realidad visible o científica para demostrar que existe una realidad escondida que, si no es posible conocer, es al menos posible de intuir. Arnold Böcklin, simbolista, decía que la pintura tiene que explicar algo, que la poesía tiene que hacer pensar y una pieza musical impresionar al espectador.

El simbolismo: la expresión del mundo interior

El simbolismo tuvo una aceptación positiva relativamente generalizada entre la crítica y el público de su momento, deseosos de una pintura de vocación trascendente resuelta con una estética de asimilación fácil.

Con el simbolismo nació una división en el 
Arte Contemporáneo de dos tendencias opuestas. La primera, básicamente impresionista y cubista, considera la imagen como una realidad externa, concebida como un hecho existente fuera del individuo y respecto al cual este se tiene que situar. La segunda, que se identifica con el simbolismo y también con otras corrientes del arte abstracto , considera la imagen como la expresión de algo interior, de una idea, un pensamiento que tiene que ver con la personalidad y la expresividad del artista, y que está al margen de la realidad concreta del mundo que nos rodea.

Sus figuras principales, Gustave Moreau, Arnold Böcklin y Odilon Redon disfrutaron de una importante reputación. Pero el que más éxito tuvo fue Pierre Puvis de Chavannes (1824-1898), especialmente desde la presentación, en 1881, de su cuadro “El pobre pescador”. El cuadro, fascinante por su atmósfera congelada e intemporal, provocó un gran debate entre defensores y detractores de la estética fría y cargada de melancolía, en la cual el color, extraordinariamente harmonizado, es fundamental.

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