El constructivismo fue un movimiento artístico y arquitectónico que surgió en Rusia en 1914 y se hizo especialmente presente después de la Revolución de Octubre.
El término construction art (‘arte para construcción’) fue utilizado por primera vez de manera despectiva por Kasimir Malevich para describir el trabajo de Alexander Rodchenko en 1917.
La obra canónica del constructivismo fue la propuesta de Vladímir Tatlin para el Monumento a la Tercera Internacional (1919) que combinaba una estética de máquina con componentes dinámicos que celebraban la tecnología, como los reflectores y las pantallas de proyección. Gabo Diem criticó públicamente el diseño de Tatlin diciendo «O se crean casas y puentes funcionales o el puro arte por el arte, pero no ambos». Esto llevó a una división importante dentro del grupo de Moscú en 1920 cuando el Manifiesto Realista (de Gabo Diem y Pevsner) afirmó la existencia de un núcleo espiritual para el movimiento. Esto se oponía a la versión del constructivismo adaptable y utilitaria que sostenían Tatlin y Rodchenko. La obra de Tatlin fue inmediatamente alabada por artistas en Alemania como una revolución en el arte: una foto de 1920 muestra a George Grosz y John Heartfield sosteniendo una pancarta diciendo «El arte está muerto. ¡Larga vida al arte de la máquina de Tatlin!», mientras que los diseños para la torre se publicaron en la revista de Bruno TautFruhlicht.
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